jueves, 31 de enero de 2008

Todo ocurre por algún motivo






Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así, para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar.

Tú no sabes quiénes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellas sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda. Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que sin haber superado estas cosas nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón. Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte: enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o garndes tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma.


Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién construída, suave y lisa... Una carretera directa, sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura... sin razón. La gente que conoces afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres. Aún se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das las gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener más cuidado de a quien le abres tu corazón. Si alguien te ama, ama tú a ellos no porque ellos te amen sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.


Haz que cada día cuente y aprecia cada momento además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás, más adelante, no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento. Entabla una conversación con gente con la que no hayas dialogado nunca y actualmente escúchalos y préstales atención. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo. Repítete a tí misma que eres un individuo magnifico y créelo, sino crees en tí misma nadie más lo hará tampoco.


Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela...

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